Hay que empezar señalando que el equipo que Javier “El Vasco” Aguirre mandó al campo para jugar en contra de una improvisada selección guatemalteca solo se puede considerar como la selección “C” de México. La “A” sería la que incluye a los mejores jugadores del país, la “B” la juvenil que ganó a Venezuela hace unos días, y la “C” la que fue igual de improvisada que la guatemalteca y tuvo tan pobre desempeño en San Diego ayer domingo.
El Vasco había advertido en los días previos al partido que lo que menos le interesaba era el resultado. Aun así, creo que hubo una enorme decepción porque se vio desarticulada, impotente e inefectiva. Peor todavía, fue uno de los partidos más aburridos que se recuerden.
¿Quién se salva? Los periodistas que han comentado sobre esto destacan que Israel Castro se sigue consolidando y fue de lo mejor que hubo ayer. Igualmente, se señala que Pablo Barrera, al entrar de cambio, logró ser un elemento interesante, influyendo en una mejoría del equipo. A esto le podemos agregar a Jesús Corona, quien tuvo un día relativamente tranquilo y respondió cuando fue requerido.
Entre lo peor, no nos queda más que incluir a Omar Bravo, quien está muy lejos de retomar el nivel que tenía hace un año y que sigue decepcionado en el tricolor. A pesar de ser un veterano en el grupo de ayer, no se notó esa presencia. Entre Omar o el jovencito Armando Pulido que estuvo anotando magníficos goles con Tigres en los últimos partidos de la Superliga, me quedo con Pulido. La selección debe de ser para los que están en bien nivel, no para darle tiempo a alguien que no está jugando bien desde hace tiempo. Miguel Sabah también es un veterano del futbol mexicano pero sigue sin pesar como seleccionado. No encuentra su ritmo o posición. Omar Arellano, Fausto Pinto, Juan Carlos Valenzuela y Edgar Dueñas estuvieron jugando a bajo nivel y no dieron de que hablar.
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